Monday, October 12, 2009

Razón Versus Corazón

Creo finalmente haber comprendido un secreto muy bien guardado por muchos y que espero que, al compartirlo, ayude a algunas personas. Dicho secreto está ligado con las relaciones que tenemos, relaciones de trabajo, amistad, familiares y hasta matrimoniales.
La importancia de este reconocimiento, al menos para mí, me ha ayudado a abrir la mente y el corazón para poder entender el por qué muchas relaciones se van al agua en muy corto tiempo y cómo es que otras relaciones pueden perdurar por tanto tiempo.
Como humanos hemos de darnos cuenta que tenemos muchos órganos vitales en nuestro cuerpo, como el hígado, los pulmones, los riñones, el páncreas, los ojos, pero entre otros tenemos también al corazón y al cerebro.
El uso del cerebro, con el paso del tiempo, nos da "uso de razón", razón que puede ser de doble filo, según como se le tome, pues, tanto el cerebro como el corazón quieren controlar en las relaciones. El reconocer que el corazón está controlado por el cerebro es también muy importante, puesto que muchas veces es el cerebro el controlador, lo cual hace que uno "se ciegue", pero no de vista, sino desde otro punto muy distinto, el cual intentaré explicar.
El corazón nos provee de sangre al bombear constantemente y sin pausa alguna en el cuerpo; en aquellos casos donde el cuerpo tiene algún sentimiento, la razón instantáneamente, por reflejo tal vez, envía una señal al corazón de bombear más rápido o de bajar el ritmo. Algunos ejemplos de ello: 1) Un niño está cruzando la pista sin darse cuenta que viene un camión, el cual puede atropellarlo. La reacción casi instantánea de uno es de correr, cargar al niño y salvarlo de dicho accidente. La adrenalina es ayudada por el corazón a fluir por todo el cuerpo. Esta reacción es instantánea, como anotamos. 2) La pelota está en el campo de juego, a unos metros de nosotros, muy cerca a la portería contraria. El cuerpo necesita de más energía para correr y darle un puntapié a la pelota. El corazón empieza a bombear rápidamente y se puede hacer el gol. 3) Una llamada nos anuncia que murió un familiar muy querido de un paro cardíaco. Dicho familiar era alguien joven, que estaba "en forma" y "se cuidaba", pero aún así falleció. La reacción instantánea es la de llorar incontenidamente. Los ojos lagrimean, la respiración es entrecortada, el corazón bombea más rápido.
Todos los casos expuestos tienen algunos puntos en común: La reacción es instantánea. El cerebro envía la señal al resto del cuerpo. El ritmo cardíaco (léase los latidos del corazón) se incrementa o disminuye.
El punto es: El cerebro es el maestro, el que controla, el regulador en todos estos casos.
El amor, empero, hace que uno a veces no controle, no use el cerebro y el corazón sea el que envíe las señales. Aquellas personas que digan que no, recuerden cuando recién se enamoraron por primera vez, aquel sentimiento que tenían, de "maripositas en el pecho", de estar en el aire, sin nadie más alrededor y sabrán lo que intento conferir con este punto.
Una vez que el tiempo de enamoramiento termina, el cerebro intenta dominar de nuevo. Gran error, digo yo. La persona que dice amarnos también sintió algo parecido a lo que nosotros sentimos, a mayor o menor escala, puesto que no todos sentimos igual.
El cerebro no debe dominar en las relaciones amorosas, si es que realmente uno quiere que dichas relaciones perduren. La desconexión del cerebro en dichas relaciones es difícil, pero no imposible. Un ejemplo de cómo hacer aquello: El amor de una madre por sus hijos. Una madre no escuchará a persona alguna si se trata de sus hijos, mas un padre sí puede hacerlo.
Otro ejemplo más: El amor de un hijo por sus padres (en aquellos casos donde la madre está muriendo, por ejemplo) ¿acaso dejarían que algo le pase a su madre, a aquella mujer que dio su cuerpo para que uno nazca, que dio, en muchísimos casos su figura para que uno crezca (está comprobado que aquellas mujeres que dan de lactar pierden la forma de sus senos, haciendo que éstos se caigan, pero también está comprobado que la leche materna es el mejor alimento para un lactante), aquella mujer que en tiempos en que uno estuvo enfermo fue la dejó de dormir y pasó noches en vela hasta que uno se curó? Aquella persona que diga que sí dejaría que algo le pase a su madre, realmente no sabe lo que es amar.
Los ejemplos antes expuestos muestran el punto al que quería llegar. La persona en todos esos casos desconecta el cerebro y deja que el corazón mande, que el corazón ordene, que el corazón sea el que dirija.
El nivel de control que uno pueda tener para desconectar el cerebro dependerá mucho del tipo de relación que uno tenga y de la relación que realmente quiera tener con la persona o las personas envueltas en dicha relación.
Ahora que ya me di cuenta de cuál es el secreto, tendré que trabajar en él para controlar (o bloquear) a mi mente en mi relación de pareja, en mi relación de familia) y de dejar que, en las relaciones laborales y en algunas relaciones de amistad, sea el cerebro el que lleve las riendas.
Una reflexión final: Si más matrimonios usaran el corazón en vez de la razón, se llegaría realmente a ser uno y no dos, con lo cual tal vez habrían menos divorcios y matrimonios en "peligro de extinción"; es en el momento en que la "burbuja de amor" se revienta que la razón vence al corazón, por lo cual hay que cuidar o reconstruir dicha burbuja.

Saludos,

F. Bobbio C.

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